Como madre sientes un abanico de emociones indescriptibles. Aún así, en algunas ocasiones no todo es de color de rosa.
La depresión post parto (DPP ) afecta una de cada diez madres después del nacimiento del bebé, entre el primero y el sexto mes.
A veces, esta depresión puede tener una fácil explicación, bien porque el hijo no ha sido deseado o porque no ha nacido con alguna problemática o enfermedad que cuesta aceptar por parte de los padres. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones la depresión parece no tener sentido: ” Deseaba tanto tener este hijo y ahora que lo tengo me siento completamente desgraciada”, “Qué me está pasando?”, “El parto fue magnífico, mucho mejor del que esperaba, y todo el mundo se trajo maravillosamente conmigo, especialmente mi marido. Yo tendría que dar saltos de alegría”, “Tenía miedo que el bebé tuviera algún defecto al nacer, pero es perfecto”, ” Entonces, Porque no lo estoy disfrutando?, Quizás no valgo para ser madre”.
No tenemos que confundir una depresión puesto parte con el estado de abatimiento que muchas madres experimentan los primeros días después del parto. Es el conocido “*maternity blues” o depresión del tercer día que dura de unas horas a un par de días y que pronto desaparece. Por supuesto, muchas mujeres se sienten cansadas y un poco desorganizadas cuando vuelven a casa del hospital, pero generalmente controlan perfectamente la situación y esta sensación pasa más o menos en una semana.
Cuando hay una *DPP no hay una mejora tanto rápida. Se sienten tristes, *irritables, desmotivadas, incapaces de vincularse o acercarse al bebé, llorosas, apáticas, sufren insomnio, falta de hambre… Para las madres con una depresión postparto las cosas empeoran día a día.
Por qué pasa esto?
Científicos de la Universidad de California aseguran que el factor desencadenante podría encontrarse en una hormona producida por la placenta hacia la mitad del embarazo.Al realizar una investigación con mujeres embarazadas detectaron que altos niveles de la hormona liberadora de *corticotropina entre las semanas 23 y 26 de gestación y parece ser que esto predice claramente el desarrollo de la depresión postparto.
Aún así, hay una serie de factores que suelen ser desencadenantes:
-Que la madre haya sufrido depresión antes de quedarse embarazada
-Falta de espaldarazo de la pareja
-Tener una situación económica precaria o en torno desorganizado
-Ser huérfano de madre
-Tener un bebé prematuro, con alguna discapacidad o problemática grave.